Coincidencias y Problemas Existenciales


Extrañas Coincidencias (I heart Huckabees) es una película bastante mala y que siendo generosos se puede calificar de aburrida y por consiguiente nada recomendable, todo ello pese a contar en su reparto con actores como Dustin Hoffman, Jude Law y Mark Wahlberg (¿habrá segunda parte del Planeta de los Simios?).

Pero el caso es que en el primer cuarto de hora esta paranoia fílmica me recordaba mucho a una película que me encanto: El Club de la Lucha, tal vez porque en ella también existen dos personajes a priori antagónicos que luego resultan tener más cosas en común de lo que parecía.

Dicen que cuando sientes mucha aversión por una persona, en cierta manera, se debe a que te recuerda a ti mismo o concretamente a las cosas de ti mismo que aborreces, aquellas que te hacen sentir débil e inferior. Un odio profundo es difícil encarnarlo en algo que nos es ajeno. Nuestro peor enemigo, el ser que nos dificulta el camino y nos hace zancadillas, duerme en nuestra cama, come de nuestro mismo plato y calza nuestro mismo par de zapatos. En un intento por librarnos de él proyectamos en otra persona todo lo que odiamos de nosotros mismos (Extrañas Coincidencias) o bien desarrollamos todo nuestro potencial en la piel de otra persona, un alter ego (El Club de la Lucha) .

Tal vez la madurez consiste en aprender a perdonarnos a nosotros mismos por una ofensa horrenda que no podemos recordar, ir aliviando un sentimiento de culpa por sabe Dios qué, tal vez por no llegar a ser lo que los demás querían que fuéramos. Perdonarnos por defraudar a todos aquellos que perseguían erróneamente su realización personal a través de nuestra vida. En definitiva madurar es hacer las paces con uno mismo y tomar definitivamente las riendas de tu vida, o tal vez no… y sólo es ver como te crece la tripa y como cada día te cuesta más subir las escaleras (o jugar bien a la PS2).


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