Saber que son magnitudes fuera de nuestro control hasta cierto punto es un alivio… ya no tienes que preocuparte por ellas, simplemente tener la tranquilidad y el sosiego interior necesarios para poder reconocerlas.
No obstante, vivir la vida nos hace la entrega de uno mismo hacia los demás cada vez más complicada. Ahora que ya sabes que «para siempre» es mucho tiempo, y que esas pequeñas manías en tu pareja que ahora adoras… pueden llegar a convertirse en una irritante carga que simplemente dejas de soportar. Y que llegado un punto, entre tú y el otro, elegiste estar contigo.
Ya no ere sólo tú, son tus vivencias pasadas que esperan pacientes como un cepo a que algo las haga saltar… una frase desafortunada, una risa que no acabas de interpretar,una situación, un déjà vu y todo explota de nuevo en tu cabeza, como si hubiera pasado ayer mismo y volviera a ocurrir ahora. No importa si realmente está pasando o no, percibes que ocurre de nuevo y ante la duda levantas el pie del acelerador o pisas el freno con violencia.