Los nuevos dispositivos que entran en nuestro bolsillo compiten por mantenerse más horas al día cerca de nosotros y hagamos más cosas con ellos: trabajar, jugar, escuchar música… y aprender cocina!
El hecho es que Nintendo se arriesgó y su apuesta ha sido todo un éxito, salpicado de bochornosas -a la par que gloriosas- rupturas de stock por todos los continentes.
No obstante, de todos los producto que comercializa Nintendo para este artículo el que me interesa es la Nintendo DS, de la que a 31 de marzo de 2007 ya se habían vendido más de 40 millones de unidades y que hoy parece estar rondando los 75 millones. Al lado de estas cifras los 6 millones de iPhone parecen de risa… y aun bajando el precio a la mitad y extendiéndose por decenas de nuevos de países, el camino de Apple es largo y con cuesta en forma de crisis mundial.
El lanzamiento de «¡Cocina conmigo!» me ha abierto los ojos: porque al fin y al cabo Brain Training seguía siendo un juego, algo así como un sudoku en plan sofisticado… pero no creo ni que Nintendo se atreva a llamar a «¡Cocina conmigo!» un juego, de hecho aunque en su web lo siguen almacenando en la carpeta `games´ oficialmente es: el primer libro de cocina interactivo.
Al igual que iPhone se vende como un teléfono pero es mucho más: una tienda de música, un gestor de correo, una potente agenda, un reproductor de música, una cámara fotográfica, un navegador web… Nintendo DS se vende como una consola de entretenimiento para todas las edades, pero resulta que también es algo más: un libro interactivo, un profesor de idiomas, un ejercitador visual… y otras muchas cosas que Nintendo nos irá contando ahora que ha conseguido meter su aparatito en millones de hogares.
Es su contenido y lo que termine corriendo en su interior lo que irá redefiniendo su significado.
Se me antojan como regalitos que llegan a casa con sorpresa, como los Gremlin… hasta que se te caen en el fregadero o se pegan un atracón nocturno.
Nota mental – aprender japonés, ir a Japón, ser Shigeru Miyamoto.