Salvo que en la extensa lista de funcionalidades del iPod Touch se encuentra la teletransportación… ¡me lo han mangado!
Como algunos os habréis dado cuenta el título del post es un homenaje a un post de Martín Varsavsky a quien le robaron su iPhone y luego recuperó… aunque me da que el mío no lo volveré a ver y no tengo ni la más mínima intención de comprarme otro por las siguientes razones:
- Porque al igual que la Nintendo Wii que me regalaron Pablo y Félix, mi iPod Touch lo utilizaban más mis sobrinos que yo mismo (por cierto, lo utilizaban no para escuchar música sino para ver videos de Pokemon en YouTube). De hecho me he dado cuenta de que no lo tenía hoy, diez días después de la última vez que lo sincronicé con iTunes y más que probable fecha del hurto. Esta falta de uso supongo que se debe a que la música ya no es tan importante para mi como solía serlo… y que como a otros muchos me gusta escuchar música en la cama o en el sillón antes de irme a dormir y cuando me tumbo con la cabeza de lado los cascos se me clavan en la oreja y me resultan incómodos (y no me veo durmiendo con algo parecido a esto porque algún día espero volver a ser aceptado en el seno de la sociedad, o en su defecto en otro par de senos)
- Porque resulta ridículo el precio que tiene… ¡ahora es más caro que el iPhone 3G!, algo que supongo rectificarán muy pronto, puede que en el keynote de este martes…
- Porque por el momento su capacidad de almacenamiento es muy limitada, 8GB o incluso 16GB no es suficiente para remplazar a un iPod convencional, teniendo en cuenta que ahora se utilizan también para ver series de televisión y películas.
- Porque espero tener en mi poder antes de fin de año un iPhone 3G para sustituir mi Blackberry 8800, que está ya desteñida después de dos años de intenso uso. Por fin dispondré de tres funcionalidades que últimamente he echado muy en falta: GPS, cámara/video integrada y sobre todo un navegador web decente.
Por otra parte, todas las canciones que compré en iTunes Store siguen guardadas en mi ordenador asi que espero poder pasarlas llegado el momento al iPhone.
Como habréis comprobado estoy en plena fase de regateo o negociación de mi mini-proceso de perdida, una vez superadas la fase de negación y de ira.
En fin -depresión-, espero que el mangante de mi iPod lo esté disfrutando o que haya conseguido al menos 200 euros para algún caprichillo -aceptación- y que eso le compense los cientos de años que pasará en el purgatorio pagando por sus pecados terrenales (oh no! he regresado a la fase de odio).