Cuando leí esto hoy me hizo mucha gracia y me acordé de la familia de Irlanda donde yo pasaba los veranos aprendiendo inglés.
Era una familia entrañable y extremádamente ahorradora, como sólo pueden serlo aquellas personas que han sufrido escasez en algún momento de su vida. Aunque vivían en Irlanda eran de origen persa (Irán) y tuvieron que escapar de su país tras el triunfo de la revolución islámica en 1979 por motivos religiosos: a partir de esa fecha adherirse a cualquier otra fe era considerado apostasía y practicar otra religión suponía someterse a un acoso continuo que aun perdura en el presente.
Tuvieron que empezar casi desde cero otra vez, primero en España y más tarde en Irlanda.
El caso es que a parte de lo típico de no dejarse las luces encendidas, no abusar del teléfono, poner las lavadora por las noches con la tarifa electrica nocturna… tenían otros muchos trucos para ahorrar, algunos curiosos, por ejemplo cuando terminaban una botella de aceite la dejaban un par de horas boca abajo sobre la nueva para que no se desperdiciara nada y para avisar de que el marido salía del trabajo hacia casa llamaban al teléfono dos veces y colgaban.
La caldera también la conectaban sólo cuando iban a ducharse y algunos alimentos los compraban en grandes cantidades para conseguir los mejores precios. En el jardín de su casa contruyeron un pequeño invernadero (que fue creciendo y creciendo), donde cultivaban todo tipo de hierbas y flores comestibles, las cuales utilizaban para cocinar y terminaron vendiendo a los restaurates de la zona que se peleaban por ellas…
En definitiva, que de mi familia irlandesa a parte de su cariño recibi muchas y buenas lecciones de vida.
PD – sobre el proyecto ninja ya os hablaré en otro momento, estamos muy ilusionados con él y se merece un post en exclusiva…