Cuando nos tocó escribir sobre Huertos Urbanos, yo terminé saliendo por la tangente con un cuento que poco tenía que ver con la temática propuesta… mi intención original era hablar del espectacular huerto que mi familia de acogida irlandesa tenía en el jardín trasero de su casa. Aquí podéis ver algunas fotos:
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Recuerdo con mucho cariño los veranos que pasé en Irlanda con la familia Reyhani, creo que en total fueron tres o cuatro veranos allá por al año 1990 (lo recuerdo porque ahí vi el Mundial de Futbol que se celebró en Italia).
Recuerdo cómo me ponía morado comiendo las pizzas, los bizcochos, el arroz con pollo y otras delicias que preparaba Ashraf (la madre)… también me acuerdo de Grooves la tienda de música del padre de la familia y de cuando me explicaba cosas sobre las nararanjas y la religión. Sobre esto último concretamente recuerdo un día en el que le dije que yo quería mucho más a mi padres que a Dios y que no entendía porqué tenía que `amar a Dios sobre todas las cosas´… su respuesta me sorprendió bastante, me dijo que a Dios tenía que quererle aun más porque Él había creado a mis padres (…luego creo que le pregunté algo sobre porqué la religión no aceptaba a los homosexuales si habían nacido así y no me suena que su explicación fuera igual de convincente).
El caso es que yo en Irlanda me lo pasaba en grande, por la mañana cogia el bus para ir a las clases de inglés (por supuesto casi siempre llovía) y depués volvía para comer, jugaba con el gato un poco, ayudaba otro poco en el huerto… y asi se pasaban las horas hasta que llegaba Peyman el hijo pequeño de la familia, que aunque era mayor que yo siempre jugaba conmigo al fútbol y al ajedrez (también teníamos tiempo para hablar de chicas y todas esas cosas).
Muchas veces en la casa había más estudiantes de otras nacionalidades y eso también era divertido, me acuerdo de un niño gordito de sudáfrica (blanco) que estuvo un verano… me contó que en su tierra hacia mucho calor y a partir de una hora ya no salian a la calle, eso y que tenía que tomarse todos los dias unas pastillas para la malaria: la verdad es que para pasar con él todo un mes no es que recuerde mucho.
Recuerdo los helados angelito y las chocolatinas Aero, que me compraba al bajar de la parada del bus… normalmente las compartía con mi hermana, aunque un día reacuerdo que me enfade con ella y me la comí yo entera, y me pille tal empacho que me pase toda la noche vomitando. A partir de ese día no volví a comer chocolatinas Aero.
El hijo mayor de la familia se llamaba Hooman y trabaja en Apple…wow!… después de eso se dedicó a diseñar chips… wow! En fin, muchos recuerdos que queria dejar apuntados en alguna parte… ¿y qué mejor sitio que mi blog personal?