Pienso que nos gustan estos posts no tanto porque tengamos excesivo interés por la vida de quien escribe sino porque con ellos recordamos escenas de nuestras propias vidas, y eso si nos gusta, es como si un duendecillo adormecido despertara en nuestro frio interior y encendiera una lampara de alcohol para calentarse las manos.
Es la nostalgia, es el regreso a casa.
Algo muy parecido he sentido yo hoy cuando caminaba por las calles de Albacete y veía mi primera academia de informática, mi antigua casa, los recreativos donde gastaba mis ahorros en monedas de 25 pesetas, el videoclub ahora tienda de decoración… todo había cambiado, pero no para mi que a cada paso despertaba un recuerdo, fuerte, vivo, con una claridad cegadora.
Volvi al lugar de mi infancia, con la frente todavia no muy marchita, para darme cuenta de que lo único bueno de haberme ido es el poder volver, aunque sólo sea de visita.