El otro día iba con mi sobrino de catorce años en el coche de camino al gimnasio y decidió animar el trayecto conectando su móvil a la radio de mi coche, enseguida empezó a escucharse `Can’t Hold Us´…
– ¿y de donde has sacado esta canción, te la han pasado por Bluetooth? – se me ocurrió preguntarle.
– No, me la he bajado con una aplicación del móvil, te la instalas y te bajas la música que quieres – respondió
– Pero eso no es legal, eso es música pirata.
– ¿Pirata? En ningún momento dice nada de que sea pirata…
– Si no pagas es pirata.
– ¿Pero alguien va a pagar por esto que te lo puedes bajar gratis desde el móvil?
Me di cuenta de que no era algo que estuviera diciendo con malicia, no se estaba justificando, ni haciendo apología de la piratería, no era otra versión del manido discurso que tanto escuchas de «que se jodan los artistas y vivan de los conciertos«… simplemente en su mundo eso de tener que pagar por algo que puedes ver y escuchar en YouTube gratis conectándote desde ese mismo móvil al canal del artista en cuestión, pagar simplemente por «poderlo escuchar off-line» sin tener que malgastar la Giga mensual de su plan de datos…. no parece tener mucho sentido, como enviar cartas y otras muchas cosas del pasado.
Algún día puede que se apunte a Spotify y puede que pague su cuota mensual para hacerse Premium, pero supongo que únicamente por no tragarse los anuncios… La SGAE y compañía se van a tener que esforzar mucho si quieren meterle a estas nuevas generaciones el miedo y la culpabilidad en el cuerpo… con algunos de nosotros lo consiguieron, pero con los que vienen es cosa del pasado.