Alguna vez habéis visto una foto vuestra y os habéis dicho a vosotros mismos «¡vaya pintas!«, aunque puede que cuando te la hicieran te vieras `divino de la muerte´… lo más triste es cuando no son fotos antiguas sino recientes. Algo extraño ocurre cuando tienes la suerte de poderte mirar desde el exterior y observarte a ti mismo como a un extraño.
No obstante en esta entrada no me quiero referir a temas estéticos, a si te convendría afeitarte a diario, adelgazar unos kilos, vestir de otra manera o dejar de masticar chicle… eso ya lo decidirás tú. Me estoy refiriendo a la imagen que proyectas de ti mismo cuando hablas, escribes correos, tienes una conversación telefónica, actualizas una red social o publicas en tu blog.
Hace unas semanas empecé a hablar con un compañero del gimnasio y pronto salió el tema del trabajo: él al parecer se dedicaba a ofrecer algún tipo de soporte informático especializado y me empezó a contar que en la empresa no estaba valorada su labor, que lo veían como un chico-para-todo, que las infraestructuras estaban obsoletas… después encadenó con el tema de su formación y si había merecido la pena estudiar tanto para eso. La verdad es que es un chaval muy majo, pero para mis adentros no podía dejar de pensar en la nefasta imagen de si mismo que me estaba proyectando probablemente sin ser consciente de ello.
Es algo que también me pasa cuando leo algún blog, hay escritores que te recargan las pilas de optimismo, buen rollo… y hay otros que redactan entradas perfectamente escritas que te dan ganas de buscar una pistola y volarte la tapa de los sesos. Por extensión la imagen que con esos textos crean de si mismos va en consonancia, de un `me encantaría conocerle y tener la oportunidad de trabajar con él en algún proyecto´ a un `madre mía, pobre alma en pena… a ver si un día tiene suerte, le atropella un coche y termina con su sufrimiento…´.
Así que desde aquella charla con mi compañero de gimnasio tiendo a preguntarle con cierta frecuencia a mi implacable mujer ¿qué imagen crees que he proyectado en tal o cual situación?… incluso intentando conseguir que se remonte a los tiempos en los que ni siquiera salíamos pero tratábamos con frecuencia en el entorno profesional. Aun así es muy probable que su visión esté distorsionada por la proximidad, como la de tu madre o abuela.
Es difícil encontrar personas de confianza a las que preguntarles con sinceridad este tipo de cosas sin ponerlos en un compromiso. Tal vez nosotros mismos no aceptaríamos una respuesta que no nos guste.
En la entrevista en TED que le hicieron a Elon Musk le preguntaban (minuto 18) algo parecido a `¿cómo es posible que una persona como tú consiga innovar en sus proyectos de esta manera? ¿qué es lo que pasa contigo?´. Elon se mostró dubitativo, disperso… (algo bastante normal en él por lo que he podido ver en otras entrevistas que ha concedido) pero finalmente fue capaz de articular una respuesta bastante interesante en la que tocó muchos temas, entre ellos cito textualmente:
Pay attention to negative feedback, and solicit it, particularly from friends. This may sound like simple advice, but hardly anyone does that, and it’s incredibly helpful.
Desde aquí os invito a que si en alguna ocasión os deprimo con mis entradas o consideráis que estoy proyectando una imagen negativa de mi mismo a nivel personal o profesional no dudéis en compartirlo conmigo en los comentarios.