Los libros de autoayuda realmente ayudan

Me consideró una persona muy optimista, con el tiempo he ido desarrollado una habilidad para darle la vuelta a casi cualquier noticia negativa y buscarle un lado positivo. Supongo que debe ser algo reciente porque recuerdo que cuando era más joven me atormentaba con mucho sufrimiento inútil, sobre todo emocional… y los libros de autoayuda me ayudaron un montón.

Llegaron a mi vida de la mano de la madre de uno de mis mejores amigos y se convirtieron en pilares fundamentales de la persona que soy ahora.  En esos libros leí cosas de las que nadie me había hablado antes con fundamento y aun no entiendo como no se enseñan en las escuelas. Comparto a continuación 10 ideas sueltas al respecto:

1. No todos los libros de autoayuda son buenos. Como en todo, los hay muy buenos, buenos y malos… descubrirlos y distinguirlos es parte del camino. Yo tuve la suerte de que mis primeros libros me los recomendaron y que fueron todos muy buenos, pero más adelante me fui encontrando con algún que otro tostón infumable, incluso alguno recomendado. No pasa nada, déjalos aparcados o tíralos directamente y sigue buscando.

2. Los caminos que te llevan a la autoayuda son inescrutables. Mis primeros textos de autoayuda (que ni si quiera eran libros, sino un taco de folios fotocopiados) los lei para `curar a otras personas´, para intentar entender mejor lo que les pasaba y poderles mostrar `el camino correcto´. El problema fue que termine viéndome yo mismo reflejado en esos libro, hasta el punto en que se hizo evidente que yo de esa aventura altruista `no me iba a salir de rositas´.

3. Los libros de autoayuda no se deben regalar a nadie. Si acaso puedes mencionar algún título, dejar caer alguna recomendación… pero es el propio interesado el que debe hacer el ejercicio de ir a una librería a comprarlo o de teclear su VISA en Amazon para pedirlos on-line. Supongo que ese es el primer paso, reconocer que quieres mejorar un aspecto de tu vida con el que no estás del todo conforme y decidir hacer un esfuerzo personal en esa dirección.

4. Los libros de autoayuda se trabajan. Algunos de mis libros están subrayados en varios colores, tienen banderitas de post-it en páginas que me resultaron interesantes, anotaciones a los lados, signos de exclamación en fosforito… Ya sé que hay gente que considera un ultraje hacerle algo así a un pobre libro, pero con la autoayuda merece la pena hacer una excepción.

5. Los libros de autoayuda no se prestan (ni se piden prestados). Por las dos razones anteriores yo nunca prestaría este tipo de libros, tienen demasiado de mi anotado en los márgenes o en algunas frases subrayadas con excesiva intensidad.

6. Tan importante es cuando empiezas con ellos como cuando los dejas atrás. Hace casi diez años que no he vuelto a leer ningún libro de autoayuda. Pienso que es algo natural, al principio descubría en ellos cosas de las que nunca había oído hablar antes, pero después a base de leer sobre esos temas se convierten en naturales para ti: los limites, las fronteras, las relaciones disfuncionales, la culpa, el perfeccionismo, el desamor, la perdida… son conceptos que terminas interiorizando y colocando en tu mente en el lugar correcto. Una vez que has ordenado tu habitación mental y tienes todo en su sitio sientes la necesidad de pasar página.

7. No te quedes atascado en la autoayuda. Al principio yo pensaba `¿pero cómo he conseguido vivir todos estos años sin saber esto?´… es como el que se ha dedicado toda su vida a clavar clavos a manotazos y de repente descubre que existen los martillos. Sin duda es apasionante pero también se genera en ti una sensación de inseguridad… `¿cuánto más hay que no sé? ¡quiero aprenderlo todo antes de seguir con mi vida!´. En teoría es un buen argumento pero tienes que tener cuidado de no aferrarte demasiado a él, hay un momento en el que tienes que volver al ruedo y enfrentarte de nuevo con el toro de la vida… aunque te sigas llevando alguna cornada. La técnica es importante, pero donde se aprende de verdad es poniéndola en práctica en el Mundo Real.

8. Vuelve a releerlos cuando sientas que lo necesitas. Cuando muera me gustaría no dejar mucho trasto suelto por la casa, espero para entonces tenerlo todo digitalizado y que todos mis enseres quepan en un bolsa de basura no muy grande de la que puedan deshacerse con facilidad (lo bueno estará en el banco). Para ello me tengo que seguir deshaciendo de muchas cosas, pero muy mal se tienen que dar las cosas para que me deshaga de mis libritos de autoayuda… es algo que quiero seguir teniendo a mano por si algún día necesito releerlos o quiero reirme un poco de mi mismo con las anotaciones al margen.

9. Los libros de autoayuda son un viaje interior y personal. Me consta que muchos Psiquiatras miran este tipo de literatura con cierto recelo -sin ir más lejos el padre de mi mujer- pero para mi fueron fundamentales y desde mi experiencia eso es una verdad irrefutable que ni siquiera me tomo la molestia de defender en público cuando alguien los critica.

Yo ahora desde la distancia hablo con tranquilidad sobre estos temas, pero no voy a engañaros… en su día a veces me daba un poco de vergüenza eso de pasar por caja en el FNAC con mi última adquisición, más aun si me atendía una chica joven. Para algunas personas, incluso antes para mi, este tipo de libros siempre estarán asociados con un cierto estigma. No hace falta que todo el mundo te comprenda, apoye y comparta tu deseo de aprender sobre estas cosas… es una experiencia personal que puedes vivir en soledad.

10. No hay diez. Jajaja!


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