A veces me siento como un aldeano más de la película The Village (2004) de M. Night Shyamalan, no sé si la recordaréis pero en ella los protagonistas vivian en un aldea idílica donde cultivaban su propia comida, criaban su ganado y vivían en comunidad… humildemente pero felices, un poco a lo amish. Todo es sencillo y casi perfecto, salvo porque en el bosque que les rodea viven unas peligrosas criaturas `Aquellos de los que no hablan´ (Those We Don’t Speak Of) que seguramente acabarían con la vida de todo ser viviente de la aldea sino fuera porque respetan algo así como un pacto: mientras que nadie entre en el bosque, ellos no entrarán en la aldea.
https://www.youtube.com/watch?v=hqQIhJ3quXI
Volvemos a la realidad y tal vez os preguntaréis… ¿y en qué narices se parece tu existencia a la de una aldeano en The Village? Pues en mucho, mi vida aun no carente de problemas y preocupaciones podríamos definirla como bastante tranquila: como todos los días, tengo un trabajo, un techo bajo el que guarecerme y lo más importante ni mi vida ni la de mis seres queridos corre peligro más allá de los inevitables infortunios naturales, en cierta manera vivo en una idílica aldea…
…pero al igual que en The Village uno sólo tiene que hojear el periódico mientras que desayuna plácidamente un panecillo tostado con aceite de oliva en el bar de la esquina para que inmediatamente se te quiten las ganas de comer.
Una niña esclavizada durante 12 años en un sótano junto con un mono, un bebé al que le están pegando una paliza en Facebook, mujeres indias a las que les han desfigurado el rostro con ácido de batería por venganza tras rechazar a algún pretendiente o por sus propios maridos al no poder pagar sus padres la dote acordada, ablaciones de clítoris, niños vendidos por sus padres a prostíbulos, torturas a presos orquestadas por los gobiernos líderes del mundo civilizado, violaciones en cárceles, pedófilos, traficantes de órganos, secuestros express, trata de blancas, ajustes de cuentas… y un interminable etcétera.
Los horribles peligros de `ahí afuera´ bien podrían ser esos `Those We Don’t Speak Of´ que nos rodean y se ciernen sobre seres humanos exáctamente iguales que nosotros, pero que nacieron en otro sitio o que simplemente estuvieron en el lugar incorrecto en el momento equivocado.
Saber que todo eso está ocurriendo ahora mismo, mientras que yo escribo tranquilamente esta entrada antes de irme a la cama es un horror que supera toda ficción.
Aun sabiéndolo debes intentar dormir bien y no pensar mucho en ello porque mañana toca de nuevo ir a trabajar… para con suerte seguir pagando la hipoteca, la guardería de la niña y el desayuno en el bar de la esquina, aunque puede que mañana te lo pienses mejor y esta vez decidas no echarle un inocente vistazo al periódico.
Comentarios
4 respuestas a «Los horribles peligros de ahí afuera»
Tienes miedo amigo?
Más que tener miedo es una sensación extraña. Es como si te estuvieras tomando un cafecito en una habitación y en la de al lado supieras que están cometiendo un asesinato…. y yo tengo que seguir tomándome mi cafecito sin que me tiemble el pulso.
Estos miedos los tenemos todos desde que eres consciente de lo que pasa a tu alrededor. Yo me los quito solucionando las pequeñas cosas de cada día de los míos y los de alrededor. Ya sabemos todas las cosas horribles que pasan en cada instante, pero también hay muchas buenísimas que también ocurren. Como bien dices, sin que nos tiemble el pulso, y con los pies en el suelo, hay que seguir.
SI, es cierto… también pasan cosas buenas 🙂