El ambiente obesogénico y nuestros hijos

Halloween está a la vuelta de la esquina, la guardería de mi hija ya hace tiempo que está decorada con motivos fantasmagóricos, el viernes toca ir disfrazado a clase y dar muchos sustos.  Todos sabemos que hace unos años esta fiesta no existía en España, la han conseguido traer desde EE.UU…. junto con alguna otra cosa que da un más miedo: la obesidad infantil.

Cuando yo era pequeño, hace 30 años, en cada curso había como mucho un niño y una niña gordos,  puedo recordar sus nombres con poco esfuerzo en cada uno de los colegios en los que he estado. Muchos de ellos en cuanto desarrollaban y terminaban de dar el estirón se estilizaban. La gordura era una anomalía en Matrix pasajera.

La cosa ahora ha cambiado, se ven bastantes más niños gorditos en cada curso. Sin ir más lejos el otro día estuve en un partido de baloncesto y en el equipo del colegio contrario conté como unos cinco niños con bastante sobrepeso, si hubiera sido una competición de natación puede que incluso hubiera detectado alguno más ya que las camisetas de baloncesto son bastante holgadas y camuflan.

Nuestro hijos urbanitas cada vez más se desarrollan en ambientes obesogénicos, que si quieres puedes buscar en Google lo que realmente significa… pero yo te voy a decir lo que para mi significa: si tus hijos comen y se mueven lo que el niño medio de ciudad, tienen muchas papeletas para terminar con sobrepeso y con mala suerte obesidad infantil ( …si vivieran en EE.UU. el panorama es aun más siniestro, la mala suerte es desarrollar resistencia a la insulina, diabetes y un largo etcétera de desgracias médicas que marcarán su futuro de por vida. Pero eso todavía no ha llegado a España. Todavía).

No hay que confiar en que nuestros hijos crecerán sanos haciendo lo que hacen el resto… eso hoy ya no es suficiente, hoy tenemos que hacer un esfuerzo corrector para sacarles de ese `camino por defecto´

Lo primero es educar predicando con el ejemplo… a continuación voy a exponer toda una serie de cosas que me digo a mi mismo, algo así como una tareas que me pongo para los próximos años, cosas en las que me tengo que esforzar, corregir o en las que no puedo levantar la guardia. Tengo que:

  • Seguir haciendo deporte regularmente y no volver a dejarlo nunca más.
  • Controlar mi peso, o aun más importante mi talla y no permitir que se vuelva a descontrolar.
  • Cuidar más mi alimentación, comer más fruta y hacer esfuerzos por introducir alimentos saludables: ¡ayer comí aguacate!
  • Aprender a cocinar para ayudar a que comamos en casa una «cocina de mercado»
  • Reducir la ingesta de azúcar, sal, edulcorantes, refrescos, grasas trans… y aprender los productos que las tienen ocultas en su composición en grandes cantidades (os ha dado alguna vez por mirar el azúcar que llevan los yogures infantiles de vuestros hijos?)
  • Re-educar mi paladar, aprender a disfrutar del sabor auténtico de cada alimento.
  • Dejar de ir a desayunar en Domingo a McDonalds con mi hija, vale que cuando vamos nos tomamos un McMuffin y un helado a medias, pero ir a estos sitios debe ser algo excepcional. He de evitar crear la asociación o el refuerzo positivo en su mente de: este sitio es bueno porque mi padre siempre me traía aquí cuando era pequeña.
  • Debo seguir formándome en materia de nutrición e ir recolectando fuentes fiables e independientes en las que confiar y con las que seguir aprendiendo con garantías.
  • Aprender a comprar frutas, verduras, carnes y pescados frescos y de calidad en el mercado… evitando comprar comida industrial con interminables e indescifrables listas de ingredientes.
  • Debo dejar de ser inocente pensando que las instituciones, el Estado, la Unión Europea, la Organización Mundial de la Salud… velan por nuestros hijos incondicionalmente. Lamentablemente ellos también están expuestos a presiones políticas y económicas.

Muchas cosas por hacer, despacio y con buena letra… sin obsesionarme. Probablemente me dejo otras muchas por el camino. Suerte que cuento con la ayuda de mi mujer para recordármelas 🙂

PD – Muy recomendable el documental FED UP.


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3 respuestas a «El ambiente obesogénico y nuestros hijos»

  1. Lidia

    Somos lo q comemos!!!

  2. jorge

    Sorprendentemente la Clínica Mayo (Rochester) es un referente en nutrición. USA es muy especial. Importar Halloween me parece una estupidez más en la rueda del consumo, lo de la obesidad y otros hábitos alimentarios es más serio. En España se come muy bien y aun mejor si tiramos del recetario de la abuela.
    Saludos noctámbulos

  3. fermatrix

    Totalmente de acuerdo, a ver si importamos sólo lo que es mejor que lo que ya tenemos 🙂