Never miss a sunday

El «never miss a monday» es algo así como un mantra para todos los que estamos en esto de luchar contra el sedentarismo y procuramos arrastrarnos al gimnasio unos cuantos días a la semana… pero a mi últimamente se me ha hecho tan cuesta arriba cumplirlo que se me ha ocurrido transformarlo en: never miss a sunday.

Todos sabréis que en los países anglófonos (y al parecer también en los países árabes) las semanas en los calendarios comienzan en domingo, una de tantas peculiaridades como la de medir en millas, pesar en libras, tener al volante a la derecha… God Save the Queen!

El caso es que para mis propósitos me viene muy bien concebir una semana a la inglesa que comience en domingo, porque así sí que puedo cumplir la norma de empezar la semana con una buena sesión de entrenamiento… mientras que los lunes para mi (y probablemente para ti también) son extremadamente estresantes, con muchas llamadas de esas de «lo quiero para ayer».

Así que bajo esta nueva concepción es fácil intentar cumplir con un objetivo bastante ambicioso para un padre reincidente conseguir ir tres días a la semana al gym, porque contando que ya voy el lunes domingo, debería tener suerte y al menos poder conseguir ir un día entre semana, pongamos un martes, miércoles, jueves… y luego siempre se puede contar con el viernes por la tarde como día ideal para con suerte conseguir la tercera sesión semanal, sobre todo para alguien como yo con una reducida agenda social, como último recurso si la semana se torció muchísimo contamos con el sábado, aunque es conveniente evitar dos entrenamientos en días seguidos.

Bueno, corto ya que esto no da pa’ más. Besitos.


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