En cuestiones de alimentación no somos un buen ejemplo para nuestros hijos

Al menos yo no lo soy porque he comido fatal, pero muy mal… y no hablo de la deliciosa y sana comida casera que siempre nos ha preparado mi madre… sino de las otras cosas que comía fuera de casa y dentro de casa.

Fuera de casa: triángulos de nata, cuernos de chocolate, donuts, picapica, gelatina dulce, helados, flash, polos, nubes, sugus, lacasitos, congitos, chuches, chicles bangbang, chupachups, gusanitos, panteras rosa, fosquitos, bollicaos, tigretones… etc, etc.

Dentro de casa: nocilla, colacao, copa de chocolate, natillas, cereales azucarados de todos los tipos, yogures azucarados, actimel, zumos en tetrabrick… incluso hubo una época en la que en mi casa había regularmente CocaCola!

La verdad es que hay pocas «mierdas» que les vea comer a los niños de ahora que nos haya probado yo antes… y en abundancia, estos niños de hoy tienen poco que enseñarme a mi: de todas sus guarrerías yo he sido nivel PRO.

El resultado de todo eso fue sobrepeso, algo con lo que luchamos casi todos los adultos de mi generación, hombres y mujeres. Porque no nos engañemos, toda esta fiebre del running, el spining, las sesiones interminables de cardio… en la mayoría de los casos encuentran su origen en la lucha contra el sobrepeso y no en una pasión natural por sudar la camiseta.


Aun así, por alguna razón, alguien nos ha convencido de que nuestra alimentación fue la mar de sana, un modelo a seguir… y puede que en algunos casos fuera así, pero la mayoría de los «de los de la EGB» es probable que como yo hayan comido una cantidad enorme de cochinadas.

No somos un modelo a seguir y lo peor es que creemos serlo… y decimos cosas del tipo «eso lo comía yo de pequeño y aquí estoy«… una frase que hubiera sido perfecta si hubiera terminado en «aquí estoy yo con sobrepeso«.

Si queremos enseñar a nuestros hijos a alimentarse, lo primero que tenemos es que entonar un mea culpa y empezar a corregir nuestros malos hábitos, que en la mayoría de los casos los mantenemos en la actualidad: no permitas que ciertos productos entren en tu casa que tus hijos no los vean en la despensa ni en el frigorífico, no los pidas cuando vayas a un restaurante, ni permitas que ellos los tomen porque los coman sus amigos… etc.

El panorama pinta mal: sólo tienes que irte a un parque infantil y empezar a anotar mentalmente todas la guarradas que comen los niños desde la más tierna edad.

Los niños de hoy a nuestra edad no van a tener sobrepeso, van a estar enfermos… y mientras los padres estamos obsesionados con que aprendan inglés, francés, informática… se nos olvida que la mayor ventaja competitiva que pueden tener nuestros hijos en el futuro es contar con salud y energía, para aprender constantemente, para adaptarse a los cambios… La salud, viendo como pinta la cosa no está ni mucho menos asegurada.

Y si todavía no eres como yo, que voy andando por la calle aterrorizado viendo todas las porquerías que se llevan los niños y adolescentes a la boca… entonces empieza a leer sobre alimentación… ¡pero ya! De hecho te voy a hacer un gran favor, voy a compartir contigo esta diapositiva de una charla que dio recientemente la dietista-nutricionista Lucia Martinez del blog Dime que Comes, son blogs como el suyo que escriben sobre alimentación:

Este favor que te hago no espera nada a cambio, pero como el karma es así de esa manera… estoy seguro que me lo devolverás algún día cuando bajes a tu hijo al parque con una fruta en lugar de con un sandwich de nocilla y un actimel.

Y ojo, que al próximo que me venga con lo de que «eso lo hemos tomado nosotros de pequeños y no pasaba nada«… más le vale estar sanísimo y en su peso, porque con todo el amor de mi corazón le voy a aclarar algunas cosillas por su bien.


Publicado

en

por

Comentarios

13 respuestas a «En cuestiones de alimentación no somos un buen ejemplo para nuestros hijos»

  1. “Eso lo comía yo de pequeño y aquí estoy“… Qué mal hacen ese tipo de frases. Muy de acuerdo con lo que cuentas. Nosotros, los padres, debemos ser el ejemplo.

    1. si, lo de predicar con el ejemplo… no hay otra manera de educar

  2. Arancha

    Buenísimo, totalmente cierto! Y ya se verán las consecuencias de nuestra alimentación a más largo plazo….. ENHORABUENA, me encanta leerte.

    1. muchas gracias por tu apoyo

  3. Ante todo decir eso de «eso lo he tomado yo de pequeño y no pasaba nada» . Hay una cosa que creo que no has tenido en cuenta , y es que la alimentación de antes no es la de ahora, seguramente podrá parecer mejor la de ahora porque está más controlada, pero la de antes era mucho más natural.
    Siempre tomo como ejemplo la fruta, tu podrás pensar que la fruta de ahora es mejor porque está más controlada pero te puedo garantizar que la de antes era mucho mejor porque era mucho más natural. Es cierto que ahora también hay natural, pero hay un 10% de fruta natural, antes era un 90% y ese es un factor que se ha de tener en cuenta para esto de la alimentación.

    Dicho esto, espero tu llamada para regañarme,jajaj.

    1. no sé si la fruta, pero desde luego que los tomates de ahora no saben como los de antes… cuesta mucho encontrar tomates buenos

      dicho esto, primero vamos a quitarnos los donetes, las cocacolas y demás atentados con nuestra salud… y luego ya hilaremos más fino 🙂

  4. María José

    Desde luego que nada sabe como sabia antes, y si quieres acercarte a los sabores de antes tienes que comprar fruta y verdura ecológica, lo que ocurre que cuesta más cara y eso hay que valorarlo en los tiempos que estamos. A lo mejor hay que comer menos y comer mejor y ser consciente de lo que estás comprando.

  5. Que razón tienes. Ayer, paseando, me crucé con un niño de unos 4 o 5 años comiendo una bolsa de palomitas/gusanitos con sabor a ketchup de tamaño XL (las que se encuentran solo en los super y no en un kiosco de la calle). Me chocó tanto que lo siguiente que hice fue mirar al progenitor que le acompañaba… bajito, gordito.. y no pude más que preguntarme si lo que pretendía es que su hijo acabara como el… Al rato pensé que estaba obsesionada con la comida sana. Gracias por tu post, me refuerza!

    1. Me gusta eso de «me refuerza» 🙂

      A ver si cada vez somos más personas concienciadas.

      pd – en cualquier caso la mayoría de la gente se mete la comida en la boca sin pensar. cuando voy comentando yo por ahí que el 90% de Nesquik o que el 50% de una galleta es azúcar la gente se queda alucinada. ¡Lo pone en la etiqueta! Y si la OMS recomienda en un adulto no más de 50 gramos de azucar/día y ya sólo una CocaCola normal tiene 35gr… no hay que ser un genio para darse cuenta del problema 🙂

  6. MartaAlGon

    Me gustan mucho estos post sobre alimentación, hacen pensar. Yo, desde luego, cada vez tengo más claro que hay que tener mucho cuidado con lo que tenemos en casa, porque es más fácil no comer lo que no se debe si no se tiene a mano. Y, ahora que tengo un niño de un año, mucho más importante si cabe.

    1. yo Marta ya sé que tengo control CERO… por eso no compro las cosas que no debo comer 🙂

  7. Kari

    Que tiene de malo un actimel? Yo q he conseguido que mis hijos algun dia en vez de fruta tomen este lacteo de postres (si son adictos a la fruta.. Q le voy a hacer) y vas tu asi y me tiras la teoria al suelo sin piedad, jajaja

    1. bienvenida a mi mundo Kari… yo creía que muchas cosas que le daba a mi hija eran buenas y resulta que no lo son.

      El problema de los Actimel es que tienen mucho azúcar, creo que son como 11 gr (un sobrecito de cafeteria tiene como 7-8 gramos). La OMS para un adulto recomienda no más de 50gr/dia, eso para un adulto…

      Luego citando a Pablo Zumaquero otro nutricionista del que soy fan:

      «Dado que no se le permite a Danone poner que su Actimel ayuda a la salud por su L.Casei han de meterle vitamina B6 q es lo que realmente funciona. Fijaos q en el anuncio ahora dicen «con l.casei Y vitamina B6 q…» pues bien un plátano grande (150g) tiene 3 veces más vitamina B6 que un Actimel»

      En definitiva, que mejor que tus hijos perseveren en su adicción a la fruta 🙂