Con mucho menos tiempo que dinero

Para mi ha sido toda una revelación el darme cuenta de que en este momento de mi vida tengo mucho menos tiempo que dinero, probablemente a ti te pase algo muy similar. Y no es que nos sobre el dinero, aunque tanto a mi mujer como a mi nos han educado en el noble arte de preservar un «colchoncito» tampoco es que vayamos sobrados, y la vuelta al cole y las facturas de Gas Natural nos dejan a veces tiritando… pero es que de tiempo vamos mucho peor.

Me di cuenta el otro día, tenía que hacer unas gestiones por una donación y se lo encargué todo a una gestoría sin pestañear… ¿qué otra opción tenía? ¿Ausentarme dos o tres veces del trabajo para hacerlas yo mismo? Si la gestoría me solucionaba todo «sólo por dinero», entonces era barato… porque dinero sí que tengo, de tiempo tengo muy poco, el justo para hacerles una transferencia.

El fin de semana pasado les pagué a mis sobrinos para que me limpiaran la terraza y me echaran el herbicida… a ellos les viene bien el dinero porque se querían comprar un DLC del juego Destiny y a mi me viene también genial porque calculo que entre los dos invirtieron como unas cuatro horas… y yo no dispongo de cuatro horas, de esas sin niños, de las que realmente se aprovechan.

En el trabajo me pasa algo similar, si realmente quiero que algo salga adelante tengo que delegarlo y yo dedicarme a supervisar su ejecución. Antes no era así, había cosas que me decía a mi mismo «voy a tardar más en explicarle a alguien cómo hacerlo que en hacerlo yo mismo«… y efectivamente era así, yo tenía mucho tiempo, me ponía a programar el viernes por la tarde y para el domingo ya estaba todo hecho y probado, listo para entregar el mismo lunes. But those days are gone…  si quisiera conseguir un fin de semana de esos le tendría que vender mi alma a mi mujer y aunque volviera con los ojos vidriosos y bostezando tras estar decenas de horas seguidas delante del ordenador ella seguiría diciendo que me regaló un fin de semana «de turismo laboral» y probablemente tendría razón, porque para mi irme a trabajar cada día es como irme de vacaciones. Todos sabemos que las trincheras de verdad están cuidando a los niños, por mucho que disfrutemos de tenerlos a nuestro lado.

En mi nueva condición de «iluminado» tras este descubrimiento se me ocurrió compartir mi sabiduría con mi mujer y arreglarle la vida proponiéndole que el sábado por la mañana viniera también Griselda a ayudarnos con la casa (ya viene entre semana cuando no hay nadie). Me pareció una idea brillante: yo me llevaría como siempre los niños por la mañanas de 09:30 a 13:30 y ella podría ir al gimnasio y a la vuelta tranquilamente se podría poner a cocinar o simplemente descansar… mientras que otra persona «distinta ella» se ocupaba de las lavadoras, las plancha, ordenar la casa y demás tareas domésticas. Al fin y al cabo todo eso son cosas que otro puede hacer por ella, mientras que lo de cocinar es más delicado… y ya no digamos lo de descansar, eso si que es intransferible.

Pero la idea a mi mujer no le pareció tan buena… aunque a ella le falta tanto o más tiempo que a mi y constantemente se lamenta por todas las cosas que le gustaría hacer como dedicar más tiempo a cocinar mejores cenas para los niños; hay otras cosas que sigue valorando más como poder disfrutar de estar tranquila en casa los fines de semana sin nadie «extraño» pululando por ahí (es algo que a mi no me pasa porque en mi casa siempre ha habido «ayuda doméstica» y no me supone ningún problema estar tumbado a la bartola independientemente de quién ande por la casa).

Supongo que al final todo no se reduce a tiempo vs dinero, hay otros factores. Ya con la pequeña decidimos que los fines de semana no queríamos volverla a dejar con nadie para irnos de parranda —por mucho que necesitáramos ese tiempo para nuestra pareja— porque eso de dejarla en casa en llanto vivo y con los ojos llenos de lágrimas era demasiado para nosotros.

En ese caso encontramos otra solución: nuestras comidas en viernes mientras la peque estaba en la guardería y en este caso tampoco creo que va a haber problema para encontrar otra, de hecho mi carrera de cocinillas avanza a pasos de gigante, en pocos meses me veo que voy a ser capaz de ocuparme yo de las cenas de la familia y además «con nota», sólo me falta ir ampliando mi repertorio de platos.

Comparto a continuación una de las hamburguesas «de guerrero» que preparé ayer con carne de aguja mezclada con algo de carne cerdo, beicon, queso, huevo, lechuga, tomate, cebolla dulce y salsa de tomate cherry. Salvo el panecillo todo del mercado al plato.

2015-07-11 21.33.03


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Comentarios

4 respuestas a «Con mucho menos tiempo que dinero»

  1. María José

    Bueno todo esto que os pasa es más que normal, pero si no te mueres en el intento, el tiempo volverá otra vez. Disfruta de esta época que luego vendrán otras y cada una tiene su encanto.

  2. María José

    Recuerda que me tienes que invitar a una de esas hamburguesas!!!!

    1. Por supuesto mamá, estoy perfeccionando la receta 🙂

  3. Chelo

    Jajaja te leo «crecidito» con tus avances culinarios. Seguro que ya lo eres.
    Y en cuanto al tiempo, te daré un poco de envidia pero yo si dispongo de TIEMPO, así, en mayúsculas! De ese que se aprovecha al máximo o se pierde como se quiere. Son momentos únicos, qué digo! Momentazos!!