Son las doce de la noche y mi hijo lleva dos horas tosiendo en la cama. Mi mujer lo ha probado todo: que si el vasito de agua, que si darle pecho, que si incorporarlo, cambiarle la almohada, moverlo a otra cama… por supuesto la cebolla hace tiempo que está cortada en la mesilla; pero él no para de toser y lo único que consigue calmarlo es que lo paseen.
Mi mujer ya lleva con él dos horas así que me toca a mi, a ver si ella consigue descansar algo.
Llevábamos meses planeando este fin de semana en Valdepeñas: una auténtica `kedada´ con mis amigos Pablo y Félix, sus mujeres, niños, perro y todo lo demás. El plan era que pasaríamos el día tranquilos en familia y luego por la noche ya con los niños durmiendo y las mujeres en retirada… aprovecharíamos `los hombres´ para echarnos unas risas con unas cervezas. Y efectivamente yo llevo ya tres de esas encima, pero por unas o por otras todo el mundo se ha ido ya a la cama y yo estoy solo paseando a mi hijo en la penumbra, intentando no hacer mucho ruido y conseguir que se duerma… o más bien que no se despierte, porque dormir parece que duerme, siempre y cuando yo no deje de pasearlo… eso si, al segundo de sentarme o tumbarme en cualquier parte empieza a patalear y lloriquear exigiéndome que me levante.
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Son las doce y media… preferiría no haberme tomado esas tres cervezas. Mi hijo parece una estufa y yo no me puedo quitar la sudadera porque no tengo donde dejarlo sin que empiece a llorar, estamos sudando los dos como pollos.
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Un cuarto de hora después entro en la habitación a por un cojín, por suerte parece que mi mujer ha conseguido dormirse. La que de verdad es inmune a los quejidos de mi hijo es su hermana de tres años, lleva ya varias horas durmiendo a pierna suelta, ¡que envidia!.
Vuelvo de nuevo al salón a seguir dando vueltas alrededor de la enorme mesa donde hace unas horas estábamos los diez cenando juntos. Mi nuevo plan consiste en quedarme quieto justo delante del sillón, comprobar que el peque no se despierta y entonces ir flexionando muy lentamente las piernas hasta conseguir quedarme sentando, sin alterar ni un ápice la postura. Lo intento varias veces y fracaso, mi hijo debe tener una especie de acelerómetro como mi iPhone, porque a la mínima detecta la jugada y se pone a berrear… y de vuelta a los paseos. La clave del éxito radica en conseguir ponerme el cojín debajo del codo en el momento preciso… a la tercera lo consigo, estoy sentado y mi hijo sigue durmiendo, todo es maravilloso, hasta que me doy cuenta de que mi postura es tremendamente incómoda, son casi la una… si pudiera tener mi móvil el tiempo pasaría más rápido, pero lo tengo en el bolsillo trasero del pantalón y no me atrevo a intentar cogerlo.
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No me debería haber tomado esas cervezas… no estoy acostumbrado a beber. Pienso en las madres solteras, los padre viudos, las parejas divorciadas… y en toda esa gente que saca adelante a sus hijos sin ningún tipo de ayuda.
Finalmente intente sacar el móvil y la cague de lleno, mi hijo se ha despertado… y tras pasearlo y conseguir que se duerma soy incapaz de conseguir sentarme de nuevo sin que se despierte.
Tengo mucho sueño, deben ser las cervezas… tampoco es que sea tan tarde. Pero todo está tan oscuro y afuera está lloviendo. Sigo con la ropa de calle, no me he podido ni poner el pijama, ni lavarme los dientes, ni ir al baño…
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Mi mujer viene a mi rescate pasada la una… por fin puedo ir al baño a despedirme de mis cervezas, me tumbo y duermo con mi hija cuarenta minutos. Me despierta mi hijo llorando y tosiendo, vuelvo otra vez a la carga un ratito… nos turnamos varias veces, ya he perdido la cuenta, a las tres y media de la madrugada estamos partiéndonos de risa los dos: “¡esta es la última vez que nos invitan!”. Pasadas las cuatro y media todo parece calmarse, mi hijo duerme por fin… todos dormimos hasta que nos despiertan los gallos ¡son casi las ocho!
Mis dos hijos se levantan como rosas, sonrientes, repletos de energías… y listos para seguir dando guerra. Nosotros estamos cansados y con falta de sueño, pero hay que reconocer que las últimas horas de descanso fueron todo un regalo… por suerte a nuestros amigos no les molestamos mucho o al menos eso dicen.
Yo no puedo dejar de pensar en lo mal que me encontraba a la una –justo cuando mi mujer vino a relevarme– en la suerte que tengo de contar con ella siempre a mi lado y en el buen equipo que hacemos juntos. También pienso en lo mal que lo debe pasar uno cuando siente que su pareja le `ha dejado tirada´ con una responsabilidad tan importante como los niños, creo que debe ser una de esas cosas que no se perdonan jamás por completo, puede que se olviden durante un tiempo, que se dejen pasar… pero ahí queda un resentimiento aletargado que en el momento más inesperado sale de nuevo a la superficie.
Tres horas después estamos conduciendo hacia el hospital de urgencias con mi hija, esta vez por una mala caída. Nos acompaña Félix, yo me quedo en el parking paseando en el carro al pequeño, que bastantes virus lleva ya encima como para visitar hospitales. Pasada una hora sale mi hija con el dedo vendado, comiéndose un churro y su madre con la cara desencajada por el espectáculo vivido.
Otro día más de padres, uno especialmente accidentado… One Team.
Comentarios
10 respuestas a «Una pareja `one team´»
No, no es fácil cuando es uno sin que nadie reemplace. Pero es tan lindo que como pareja seais un equipo. Eso os hace crecer.
crecer… y también nos ayuda a sobrevivir 🙂
Este blog ha pasado de ser un blog interesante a ser un blog mono tema: tu matrimonio.
Supongo que es la versión cuarentón de los blogs de adolescentes contando sus penas. Que me parece muy bien que cada uno publique lo quiera en su blog, pero vamos que de interesante no tiene nada (salvo para el que escribe el post).
no creas que ya no me interesa la programación, los ordenadores, la tecnología… me siguen interesando y además sigo «viviendo de ella», lamentablemente cuando escribía de esos temas el feedback era prácticamente nulo. puede que haya mucha más gente como tú que antes también consideraba mi blog interesante pero a mi me parecía que escribía «hacia la inmensa nada»
de un tiempo a esta parte escribo más de mis hijos, de mi familia, de mi matrimonio, de ser padre, de ser marido… son temas que también me interesan y además cuando escribo sobre ellos suelo recibir bastantes comentarios por aquí y por Facebook (https://www.facebook.com/FernandoPlazaBlog/)… y eso resulta muy agradable.
quiero con esto decirte que este blog, que ha evolucionado en su temática (y no será la última vez) sí que sigue resultando interesante, pero a otro tipo de lector dentro del cual tú no te encuadras.
gracias por leerme hasta ahora y tomarte la molestia de despedirte
Yo no tengo blog ni nada semejante pero entiendo perfectamente la necesidad que tenemos todos de sentir que no estamos «hablando a la pared». Yo te descubrí a través de las publicaciones sobre familia pero cuando escribes sobre tus otros temas, también te leo, soy una persona curiosa y así aprendo, o intento aprender, cosas nuevas.
Creo que nuestra responsabilidad como lectores es dar algún tipo de respuesta al autor: comentario, compartir el post, un Like… algo, de vez en cuando, cuando nos parezca interesante. O cuando no, para que pueda, si quiere, cambiar.
Hola Alejandra, estoy totalmente de acuerdo contigo.
El `feedback´ ya sea bueno o malo resulta muy útil. Decir cuando algo te ha gustado o cuando se te ha hecho largo o corto… ayuda al autor a ir mejorando.
Fernando, eso mismo que has hecho con tu hijo lo han hecho contigo muchísimas veces. Y en cuanto al comentario del lujo de poder contar con otra persona, ahora entenderás lo que han sentido y lo que han pasado y pasan, algunos miembros de la familia que llevan solos mucho tiempo.
Todas estas situaciones te hacen madurar.
Gracias Mami 😉
Tienes mucha suerte de formar un equipo con tu pareja. Hoy en día entiendo que los hijos son una cosa de dos y que debido al ritmo que nos impone la sociedad y a la incorporación de la mujer al mercado laboral, si la pareja no colabora estás muerto. Pero todavía hay casos entre padres recientes que entienden que la crianza es cosa de la mujer y tienen a sus pobres parejas paseando el carrito con unas ojeras del quince. Nosotros vamos sobreviviendo gracias a que nos turnamos.
Respecto al cambio de temática de tu blog, qué decir, he empezado a seguirte y a comentar porque me siento muy identificada con tus post dada mi actual situación personal. Así que soy parte del nuevo público que has ganado, aunque entiendo que haya gente a la que le importen un pimiento los dilemas y situaciones de un padre de dos peques (a mí sin ir más lejos hace un año).
jaja… totalmente de acuerdo. como comenté en algún otro post, al final uno termina escribiendo de los temas que le inquietan ese momento. de aquí a unos años empezaré hablar de próstatas o similares, y entonces os perderé a todas 🙂
gracias por tu comentario Estrella