El estreno de la nueva serie adolescente de Netflix `Sex Education´ con una esplendida Gillian Anderson rubio platino me recordó un tema sobre el que estuve pensando largo y tendido estas vacaciones: ¿Cómo puede ser que el tema del sexo siga siendo tan tabú?
Cuando yo era pequeño era comprensible (y ya no digo en la época de mis padres) recuerdo que `sexo´ eran esas revistas guarras que tenía el del kiosko colgadas en parte de superior con pinzas de madera, como si tenerlas un metro más arriba fuera una barrera infranqueable para la aguda mirada de un chaval.
Sexo eran las primeras imágenes pixeladas en blanco y negro que me pasó mi amigo Álvaro en un disquete de 5 1/4 para mi Amstrad… que se las había conseguido mangar a su hermano mayor.
Era jugar a escondidas al MacPlaymate en el Macintosh que tenía la familia irlandesa en la que pasaba los veranos.
Era la revista porno que traía alguna vez un compañero a clase… y ese que se sorprendía con un «coña, si los negros la tienen negra!»
Hojear las torridas ilustraciones del libro The Joy of Sex de la madre de mi amigo Franscisco o ese otro de educación sexual de la hermana mayor de Pablo que estudiaba psicología.
El conocimiento sobre el sexo era escaso, llegaba a cuenta gotas… era ese capítulo de Ciencias Naturales en EGB que esperábamos con ansia y que luego pasaba sin pena ni gloria. El sexo era esa profe que criticaba que en esas lecciones las ilustraciones de los adultos aparecieran en bañador en lugar de desnudas, para a continuación aleccionarnos sobre lo higiénico que era rasurarse todos las axilas (cuando tuviéramos pelo).
Sexo era Sabrina cantando Boys, Boys, Boys con la teta al aire… o Samantha Fox, que en español era «Samanta Zorra». Era la peli erótica que echaban en Noche Vieja a altas horas de la noche o la omnipresente Enmanuelle en su sillón de mimbre.
Todo ellos sin duda excitante…. pero también sexo era pecado, la virginidad cristiana, el SIDA y enfermedades venéreas. Esto último mis padres se ocuparon de que nos quedara bien claro, hasta nos llevaron un día al Musée d’Anatomie de Montpellier donde había una abundante colección de moldes de cera a tamaño real de genitales ulcerados por sífilis, chancro, gonorrea… y demás lindezas en estado avanzado antes de que existieran los antibióticos.
Todo esto y otras muchas cosas… y todavía ni había llegado a la pubertad.
Luego llegó Internet y se supone que debería haber cambiado todo… pero siento decir que no tanto como creemos: sigue habiendo mucha confusión, muchos tabús y en general incultura.
Pero desde aquí voy a poner mi granito de arena para mejorar tu vida sexual recomendándote este video del Dan Savage: `The 3 Things we get Wrong about sex, love & monogamy´. A partir de que le dediques los 45 minutos que dura el algoritmo de Google entenderá que el tema te interesa y empezará a sugerirte otros muchos vídeos sobre el tema, ya es sólo cuestión de que le pongas interés… y que tal vez consigas que vea alguno tu pareja.