¿Quién te crees que eres?

Déjame que te cuente un secreto: esa persona que crees ser… es sólo una fantasía que solo existe en tu cabeza, en la mente de las personas que te rodean y en el recuerdo de las que te han conocido. Si realmente lo deseas y estás dispuesto a ello puedes dejarla atrás y trascender a un nuevo nivel.

Simplemente saber que eso que confundes con tu YO es una invención, algo que fuiste creando poco a poco para sobrevivir a este mundo, es la fórmula secreta más poderosa que uno puede llegar a dominar.

Pero no es sencillo…

El proceso no es carente de dolor y sufrimiento. Estamos acostumbrados a decirnos a nosotros mismos «yo no soy así», «yo eso no lo puedo hacer», «yo no soy bueno en eso», «a mi eso no se me da bien»…

Nosotros mismos nos aseguramos de reforzar cada día los muros que nos aprisionan, de mantenerlos fuertes para que nos protejan y nos definan.

Creemos que son muros insalvables, inamovibles, infranqueables… pero no es asi, lo podemos derribar y construir de nuevo a cientos de kilómetros de distancia. O aun mejor, derribarlos y no construir nada: ser libres. Libres de elegir cómo seremos en cada momento de nuestra existencia.

Porque no se trata de crear otro personaje más refinado, más popular, más aceptado, una nueva versión mejorada de nosotros mismos, otro traje de Iron Man 2.0… ya lo decía Tyler Durden: self improvement is masturbation.

Se trata de dejar de ser ese alguien y simplemente ser.

Becoming Nobody es el documental sobre la vida de Ram Dass que plantó el germen de estos pensamientos en mí.

Everyone’s busy being somebody” – Ram Dass

Pero no es sencillo…

La gente que nos conoce tampoco quiere que cambiemos, cuentan con nuestra consistencia . A ellos eso también les hace sentir seguros, si tú sigues siendo como siempre has sido… ellos ya saben con lo que cuentan, a que atenerse, a que agarrarse… incluso conocer tus defectos que tanto les irritan les tranquiliza.

Además, si tú no cambias, eso significa que «la gente no cambia» y que ellos tampoco pueden cambiar… así que pueden permanecer cómodamente asentados en su inmutable forma de ser. Y es que si lo piensas ¿por qué alguien querría emprender el camino de dejar de ser quién es? Se está tan calentito siendo uno mismo, se te da tan bien ser tú… es una manta que te abriga y que siempre está contigo.

Pero ese personaje a algunos ya nos pesa, nos aprisiona y sentimos la necesidad de dejarlo atrás… pensábamos que éramos auténticos, pero esa autenticidad no era más que otro broche de los muchos que adornaban la solapa de nuestro traje.

Llegamos desnudos a este mundo y nos iremos de la misma manera.


Publicado

en

,

por

Etiquetas: